Las organizaciones son sistemas complejos y probabilísticos cuyo rasgo más distintivo es la no linealidad; se pueden pensar como contrapartida de los sistemas simples y deterministas cuyo rasgo más distintivo es la linealidad.

Estos sistemas proliferan una inconmensurable complejidad espacio–temporal, consecuencia de la inmensidad de la combinatoria – rasgo abstracto de la realidad que define la materia prima de la gestión -, que debe ser restringida, atendiendo a su no linealidad, mediante sistemas robustos, redundantes y reverberativos, dimensionada en su valor real a partir de todo el conocimiento a priori disponible – capacidad de anticipación producto de la explicitación de las regularidades de los mundos físico y social – y acotada a los estados relevantes mediante un plan estratégico que establece cuál es el negocio actual y qué es lo relevante a futuro.

Características de calidad, en orden creciente de informalidad:

Robusto: Posee complejos bucles de retroalimentación que le permiten sostener las metas en la adversidad, rasgo que define la perseverancia y la tenacidad.

Redundante: Pueden caerse o romperse algunas de las múltiples relaciones o eslabones de una cadena lógica y el sistema sigue siendo viable (sistema hiperestático, cadenas lógicas con alternativas en paralelo; vehículo con freno de mano, 1ª marcha y calzado contra el cordón de la vereda).

Reverberativo: Fluir o difusión informal de la información, sin necesidad de contactos exhaustivos entre personas o de éstas con temas (genera sinergia; retroalimentación informal).

 Gestión del cambio organizacional